1 febrero 2012 Redacción y fotografía: Carlos García Garzón

Casco Histórico. Peligro de Muerte

Actualmente, algunos inmuebles de los cascos históricos de nuestras ciudades suponen un verdadero peligro de muerte para los transeúntes.

El continuo deterioro y la escasa o nula conservación arquitectónica, está llevando a lo que podemos observar desde las aceras de las calles céntricas: balcones deteriorados, cornisas desprendidas, fachadas con riesgo de vuelco,….

Los inmuebles se están vistiendo con velos negros que conmemoran un sentimiento de duelo, el luto.

Los propietarios de los inmuebles afectados son los responsables del mantenimiento de su edificio. Pero está claro que esta conservación no está entre sus prioridades, a la vista está.

En algunos casos, estos propietarios carecen de recursos económicos para afrontar las obras mínimas de consolidación y reparación. Pero la demanda de viviendas en el centro histórico de las ciudades es superior a la oferta, por lo que sólo tendrían que vender el inmueble por un precio asequible. Con el paso del tiempo, menor será el precio de venta.

España es un país turístico, gracias a muchos motivos. Actualmente, es el segundo país del mundo en número de turistas extranjeros, con más de 55 millones de turistas anuales, por detrás de Francia y por delante de los Estados Unidos de América.

Todos estos turistas visitan el centro histórico de las ciudades, y están encontrándose el triste aspecto actual. Este es otro impulso para tomar medidas rápidas que mejoren el aspecto de nuestras calles y plazas.

En los pocos municipios españoles en los que los edificios deben realizar una I.T.E. (Inspección Técnica de Edificaciones), estos riesgos se reducen, pero no se eliminan.

Otro problema que aumenta el riesgo de accidente es el motivado por el obligatorio mantenimiento del plano de fachada de inmuebles protegidos.

Parece mentira pero, en el siglo XXI, ayuntamientos de nuestro país obligan a la conservación física del plano de fachada de inmuebles de su casco histórico, dejando toda la responsabilidad técnica al arquitecto de la obra, el cual deberá garantizar la seguridad de los ciudadanos, ahora y en el futuro. Hoy en día podemos utilizar herramientas modernas para reproducir estas fachadas en formato digital, para posteriormente volver a levantarlas de una manera exacta a la anteriormente demolida. De esta forma, se obtendrían muchas ventajas:

1) El arquitecto podrá asegurar la estabilidad del plano de fachada.

2) Se utilizarían materiales con mejores prestaciones térmicas y acústicas. El ruido es un problema que sufren los vecinos de los centros de las ciudades.

3) El precio final de la obra se abarataría ampliamente al poder utilizar una maquinaria de una dimensión mayor a la de los antiguos huecos de la fachada. Además, no sería necesario invertir en los andamios estabilizadores de fachadas.

4) Si se proyectase un sótano, la superficie de éste, podría ocupar el 100% del solar fuera necesario.

5) Se eliminarían los problemas de humedades en la planta baja de los edificios.

6) Mayor facilidad para la venta de inmuebles.

Bajo nuestra opinión, cuando el inmueble posea una catalogación de conservación exclusivamente de fachada, vemos oportuno conservar su diseño, sin tener que mantener materiales con más de 50 o 100 años de antigüedad.

Lógicamente, si el edificio completo posee un interés histórico, los trabajos de mantenimiento y conservación están justificados.

Evidentemente, la reparación de los edificios deteriorados supondría un beneficio para el sector de la construcción, generando empleo e ingresos por licencia de obras en los ayuntamientos, pero todos los ciudadanos seríamos realmente  beneficiados.

Si lo estimas oportuno, imprime el archivo adjunto en este artículo y colócalo en el edificio con riesgo para los transeúntes. Al menos los ciudadanos podrán ser advertidos para que modifiquen su itinerario.

Como en el resto de Problemas y Soluciones, nos puedes enviar tu opinión y posibles soluciones al respecto para su posterior publicación.

 

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